jueves, 13 de mayo de 2010

La dislexia no es una enfermedad


Muchos autores apoyan la hipótesis de que ciertas áreas inmaduras de la corteza, impiden la actividad global y coordinada de un cerebro que debe aunar lo que ve con lo que oye, con lo que dice y con lo que hace con su mano al escribir, para formar engramas de memoria sólidos que permitan recordar sonidos, formas, secuencias y decodificar el lenguaje al leer, y codificarlo al escribir.

¿Cómo explotar en su beneficio la creatividad, imaginación e intuición del disléxico? A través de un método audiovisual elaborado con fundamentos psicológicos y pedagógicos. Debemos rescatar la importancia del aprendizaje como estimulador de la anatomía cerebral. La dislexia es vencida a través del aprendizaje, que no solo estimula áreas inactivas de la corteza cerebral, sino que además permite, a modo de gimnasia mental, crear una red asociativa de estímulos entre ellas que favorecen el recuerdo, y por ende la disponibilidad de material informativo que será aplicado al aprendizaje y a la comprensión de abstracciones. Este modo de aprender ya fue propuesto en su faz pedagógica por Bruner y otros teorizadores cognitivos.


Por lo tanto sabemos que nuestra proposición no es novedosa en su aspecto pedagógico. La propuesta de aprender por la vía de la estimulación de los sentidos ya fue propuesta por el antiguo empirismo de Locke y Hume, y continuada luego con la Escuela Activa. La novedad reside en que proponemos aprendizajes diferentes porque se ha hacho realidad a través del Método Fonográfico, que el niño disléxico visualice el sonido de las letras y concretice también la abstracción de sus grafemas en datos visuales. De tal modo que comienza a leer desde la primer clase porque puede asociar en forma inmediata sonidos y formas, guardando en su memoria visual para siempre fonemas y grafemas. Estos datos constituyen las bases del código de nuestra lengua, con lo cual el niño lee realmente cualquier palabra salvando la dificultad básica de todo disléxico: el no recordar formas, sonidos o secuencias.


El método es método mnemotécnico y audiovisual, y hace posible estos resultados aun en jóvenes que no habían logrado por años escribir o leer, con los métodos convencionales. Se trata de una realidad verificable inmediatamente, donde los resultados no se hacen esperar, por lo tanto no puede dejar de ser VERDAD.


El éxito inmediato levanta la autoestima del niño y autopropulsa las etapas siguientes del aprendizaje lector, una vez adquirido el código básico. Este método es aplicable a toda edad y también está obteniendo auspiciosos resultados en educación especial, con sujetos de coeficiente intelectual disminuido y deficiencias del lenguaje oral.


Debido a su material atractivo y diferente, favorece la fijación de la atención en los casos de déficit atencional y es por ello también adecuado para el aprendizaje precoz de la decodificación lectora en niños de jardín de infantes, haciendo también realidad una vieja aspiración de toda pedagogía: la lectura precoz.


Es por todos los motivos expuestos, que debería aplicarse a todos los niños que comienzan a aprender a leer, como prevención de la dislexia escolar y para facilitar el acceso a las abstracciones del código convencional. No olvidemos que estos alumnos se encuentran en la etapa concreta de su pensamiento, con características similares a la modalidad de aprendizaje del disléxico visual, que según Piaget se extendería hasta aproximadamente los once años.



También favorece la utilización correcta del aparato fonatorio para el logro de una diáfana pronunciación porque sabemos que las dificultades del lenguaje oral se transmiten al lenguaje lecto-escrito.
Todo esto es posible porque la adquisición del código lecto-escrito, por ser convencional, requiere la comprensión por parte del niño de dos símbolos diferentes, cada uno de ellos a su vez con su doble composición de significados y significantes. Uno de estos símbolos se refiere al sonido de las letras, a su material acústico y a los fonemas que los representan.
Por otra parte el alumno que comienza a leer debe enfrentarse con otra simbología correspondiente a los grafemas, o sea las formas de las letras escritas, utilizados como significantes para elaborar los significados de las palabras.
Esta doble dificultad a través del Método Fonográfico se unifica en un solo estímulo, por medio de la visualización concreta de los códigos. El disléxico accede entonces al pensamiento verbal en forma directa a través de su fortaleza: el pensamiento visual, haciendo uso de este método argentino.

Aprender a leer es un derecho inalienable del hombre. La adquisición del lenguaje lecto-escrito es la más elaborada y eficiente herramienta para comprender y manejarse en el mundo que solo el hombre posee.

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